~ A la Deriva
Aquí me encuentro ahora sintiéndome un poco fuera de lugar. Como si al fin me hubiese caído la realidad encima, unos 20 kilos de realidad, un peso enorme, algo que me está diciendo continuamente que abra los ojos y mire a mi alrededor, la vida hecha de los demás, los problemas reales de los otros, la madurez de mis contemporáneos. Y yo sigo aquí navegando como barco a la deriva que se tiró al mar sin brujúla, sin mapa, sin destino.
Destino, ese al que tanto invoqué en mis años de juventud (¿acaso por fin me he dado cuenta de que ya no vivo en mi años de juventud?), hablaba de que llegaría a mi destino cualesquiera que fuesen las circunstancias. Hoy me pregunto si realmente este es el destino que me tocaba vivir, y si es así, cuál es el caso.
Hoy me siento de nuevo víctima de ese algo que maneja los hilos de nuestras vidas. Me regaló una bocanada de ilusión, de alegría y con esa risa malévola (que parece que escucho en mi interior) me ha dicho que no, que esa vida feliz tampoco era para mi.
Estoy sentada, en medio de la nada, observando la vida de los demás. Haciendo justo lo que siempre digo que no se debe hacer, comparando mi vida con la de los demás... y entonces me encuentro vacía, sin rumbo, sin abrigo, sin sentido.
¿Acaso este era mi destino?
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