~ Y entonces, La Pausa
Y nos obligaron a quedarnos quietos. Escuchándonos a nosotros mismos. Volviendo a lo que somos, retornando a nuestra respiración.
Y no nos gustó lo que encontramos.
Porque lo que había dentro era una mala película de horror.
Aparecieron en cada uno de nosotros todos esos monstruos que la cotidianidad había logrado dormir. Volvieron esas pesadillas a nuestras vidas.
¿Creíste, de verdad creíste que eras ese rostro sonriente y benevolente que les mostrabas a todos al pasear?
¿Pensaste que esa humildad tan bien ensayada en el templo ya se había apoderado de tu ser?
¿Esa alegría, esas sonrisas, acaso te cruzó por la mente que durarían para siempre?
Te diste cuenta que eras un ensayo del cuento rosa que creaste de ti mismo. Tantos dias, tantos años ensayando el personaje que ya casi formaban parte de la misma capa de piel.
Pero era una máscara al final.
Porque al quedarnos solos, al quedarnos quietos, al hacer la pausa, la máscara cayó al suelo. Saliste de nuevo al mundo. Solo que ahora no había mundo.
Eran los monstruos y tu.
En Pausa.
Y no nos gustó lo que encontramos.
Porque lo que había dentro era una mala película de horror.
Aparecieron en cada uno de nosotros todos esos monstruos que la cotidianidad había logrado dormir. Volvieron esas pesadillas a nuestras vidas.
¿Creíste, de verdad creíste que eras ese rostro sonriente y benevolente que les mostrabas a todos al pasear?
¿Pensaste que esa humildad tan bien ensayada en el templo ya se había apoderado de tu ser?
¿Esa alegría, esas sonrisas, acaso te cruzó por la mente que durarían para siempre?
Te diste cuenta que eras un ensayo del cuento rosa que creaste de ti mismo. Tantos dias, tantos años ensayando el personaje que ya casi formaban parte de la misma capa de piel.
Pero era una máscara al final.
Porque al quedarnos solos, al quedarnos quietos, al hacer la pausa, la máscara cayó al suelo. Saliste de nuevo al mundo. Solo que ahora no había mundo.
Eran los monstruos y tu.
En Pausa.
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