He navegado por mares de locura y soledad, te he encontrado una y diez veces más. Tus ojos, siempre tus ojos haciendo palpitar mi corazón. Y siempre alejándote de mi después de un tiempo, hundiéndome de nuevo en esta soledad. Y aquí sigo, soñando con el día del reencuentro porque sigo creyendo que nuestro amor es la fuerza que necesito para vivir. Si vienes, entregaré mi alma dispuesta a amarte. Si vienes, seré constante hasta que ya no quieras huir.
Que lástima
que mientras yo daria mi vida por ti
por tu aliento
por tu sonrisa y tus brazos,
tu solo buscas en mi el mero placer que con gusto te da mi cuerpo.
Todo termina por cansar cuando no es alimentado correctamente. Hasta el deseo.
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