~ Cuando las Ilusiones se Van
En una noche como cualquier noche, cuando llega el tiempo de dormir, de soñar y entregarse a ese periodo de tiempo donde parece que nos quedamos suspendidos en la nada, yo no quiero dormir. No esta noche.
No esta vez.
Mi cuerpo agotado me ruega por un poco de descanso... mis ojos se entrecierran y me forzan, pero temo, le temo a las imagenes que puedan aparecer esta noche. Le temo al sentimiento de la pasada noche, a las tristezas y la desesperación... no quiero llorar de nuevo en sueños y despertar con los ojos húmedos. No quiero despertar con ese dolor en el corazón.
Lo único bueno que dejó la noche de anoche, fue el recordatorio de los momentos que ya se fueron, que ya no volverán, los momentos que no son mios ni lo serán jamás. Tus palabras, esas que me has dicho, solo me reiteran que esto es tan pasajero como las 8 horas en las que nos entregamos a nuestras almohadas... a esas horas donde las ilusiones vuelven.... a esas horas donde las ilusiones se disuelven.
La noche de anoche volví a vivir los momentos mas tristes de mi vida, con realismo tal que el alma se despertó sobresaltada del miedo y la tristeza, de la melancolia... de la desilusión.
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