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Ya nadie filosofea un poco en este mundo. Estamos todos tan enajenados en nuestra rutina diaria que, cuando alguien se atreve a dar una opinión un poco más amplia de un concepto subjetivo como el amor, todos lo toman tan literal... que me dan flojera.

Por qué quieren que uno viva a su ritmo?
Por qué quieren que una comparta sus sueños, sus anhelos, sus deseos?... si suyos son.
Por qué me juzgan si pienso diferente?

Esta terrible sociedad en la que nos estamos desenvolviendo, esta sombra que agoniza y amenaza con robarnos lo poco que nos queda de criterio. Esta masa de gente que luce emborregada asi, viendola de lejos... inerte a sus propios pensamientos, sólo caminando, fielmente, siguiendo a lo que dicta "la sociedad".

Si uno se rebela y piensa distinto a ellos, si uno osa publicar su postura, entonces ah! pobre de áquel porque se verá señalado como se señala sin razón a los deformes, a los enfermos, a los negros y a los mutilados. Porque el resto piensa que al pensar distinto a ellos eso soy, una pobre mutilada que no sabe "lo que es la vida" en realidad. Y entonces me empujan queriendo convencerme que piense como ellos, que acepte sus premisas, que me sienta feliz con sus conceptos y sus rutinas, que viva su vida y haga mia su felicidad.

Y entonces mejor me callo, cierro un poco más la boca y sigo caminando, asi, sigilosamente, casi sin ver, para pasar desapercibida, como siempre, como nunca, para no molestarlos con mis locas ideas, para no alterar sus mundos, para esperar cuando pueda ser yo otra vez.