~ 365 menos 1
Me he propuesto encontrar 365 situaciones, objetos, palabras, etc., que me otorguen esa sensación de que vale la pena vivir. Quizá después de encontrarlas, pueda reunirlas en un cuadernillo y llevar a todas partes, juntito a mi corazón, asi, cuando el sentimiento de desesperanza me embargue, pueda facilmente buscar entre mis valijas, sacar mi cuadernillo del placer y buscar el número que mejor se adapte a la melancolia del momento.
Pues bien, aqui las estaré enumerando poco a poco, sin orden de preferencia sino más bien por orden de aparición, sin intervalo premeditado más a sabiendas de que cuando haya escrito sobre algo ha sido porque ha aparecido en el momento indicado.
Pues bien, aqui las estaré enumerando poco a poco, sin orden de preferencia sino más bien por orden de aparición, sin intervalo premeditado más a sabiendas de que cuando haya escrito sobre algo ha sido porque ha aparecido en el momento indicado.
Casi podria visualizar este momento en diferentes etapas de mi vida, todas felices. Me veo a mi misma siendo niña, sentada en el sofá rojo de la casa, con la mirada fija en el jardin, viendo el agua caer... cierro los ojos y casi puedo jurar que percibo ese olor de la tierra mojada del jardin de mi madre. Este recuerdo que me remonta al hogar. A ese hogar al que no volveremos más. Pero que sigue vivo en nuestro corazón.1. Una tarde lluviosa. El olor a tierra mojada. Dormir con el ruido de la lluvia de fondo.
Y también me acuerdo de los brazos de quien amé alguna vez, esas tardes donde la lluvia no nos permitia salir de casa, y entonces, dormiamos abrazados con el ruido del agua arrullando y guiando nuestros sueños. Asi, inocentes, dormiamos y esperabamos la lluvia pasar.
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