Esta tarde estoy sentada, frente al computador, sola en la oficina... todos se han ido - he preferido quedarme un momento sola, pensando. Aún cuando ya no quisiera pensar más.
A veces sorprende cómo la vida puede cambiar en un momento. Un día eres completamente feliz, al otro, la noticia cae sobre tu mente y empieza a apagar tu corazón.
Y es justo lo que no quiero que pase.
Que mi corazón se vaya apagando. ¿Pero como recupero alegría si me siento tan débil, tan triste, tan sin fuerza por dentro?
Necesito una luz, un guía, alguien o algo que venga a mostrarme el camino y que me de la fortaleza que busco. Necesito acumular toda la esperanza posible.
Necesito ver el arcoiris que me recuerde que siempre hay un mañana.

Comentarios

Anónimo dijo…
Derrame una lagrima sobre la sombra de tu recuerdo, una letra de dibujada por tu pluma brinco del papel para anidarse en mi parpado, la tome con delicada pinzas para no estropearla, y la use para completar la palabra esperanza, quince hacerte llegar la palabra como regalo, y seguí a tu sombra pero parecía andar de prisa en busca de su destino. Así que sembré la esperanza en el cruce de dos caminos y de ella broto un árbol de enorme copa... quizás cuando siguiendo a tu destino llegues a ese cruce puedas descansar bajo la sombra de la esperanza hecha lagrima.

la anticaspa
Taniuska dijo…
Esperanza - esa palabra que parece tan común, tan trillada.... hasta el momento en que la necesitas y la buscas desesperadamente.
Esperanza....buscaré el cruce de caminos donde mi amigo te dejó sembrada y entonces, recorreré tus copas con mi mirada y seguramente recojeré alguno de tus frutos para alimentar mi espíritu.

Gracias anticaspa.

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