SABER ESPERAR



El Guerrero de la Luz necesita tiempo para sí mismo. Y dedica este tiempo al descanso, a la contemplación, y al contacto con el Alma del Mundo. Incluso en mitad de un combate, él consigue meditar.
En ciertas ocasiones, el guerrero se sienta, se relaja, y deja que todo lo que ocurre a su alrededor simplemente continúe ocurriendo. Lo mira todo lo que le rodea como un espectador, sin pretender crecer o disminuir, tan sólo entregándose sin resistencia al movimiento de la vida.
Poco a poco, todo lo que parecia complicado empieza a simplificarse. Y el Guerrero se alegra.

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