Cuando me veo al espejo no veo mucho,
cuando busco en mi reflejo cierto brillo
no encuentro grandes cosas.
A menudo envidio los ojos de ciertas personas,
aunque cuando lo pienso un poco más,
busco,
así, más al fondo,
y descubro que me gustan los míos.
Me gusta mi mirada.
Aunque sea tan triste.
Tan meláncolica.
Insensible.
No es solo mi mirada, ella solo es la forma
en como mi alma suele expresarse.
La melancolía viene de allí, de mi alma.
Que está aquí guardada
que no es ni la más triste
ni la más feliz.
Mi alma que cuando carcajea y se siente feliz
hasta da un poco de miedo.
No parece mia.
Esa misma alma a la que le cuesta mucho divertirse
porque pareciera que ya se ha divertido tanto
que todo es simple ya.
Y también, esa misma alma que no puede provocar
una lagrima caer de mis ojos,
secos,
tristes.
Un alma que no llora es un alma que no vive.
O que ha vivido demasiado.
Ya viví. Ya sufrí. Ya lloré. Ya reí. Ya disfruté. Ya saboreé. Ya viví.
Me pregutno entonces, ¿qué hago aquí?
Pero no, no me juzguez por favor, mala no soy.
Tampoco seca ni insensible. No me creas si te lastimo,
simplemente, a veces,
muchas veces,
aunque mi cuerpo esté a tu lado,
mi espíritu está viajando muy lejos.
cuando busco en mi reflejo cierto brillo
no encuentro grandes cosas.
A menudo envidio los ojos de ciertas personas,
aunque cuando lo pienso un poco más,
busco,
así, más al fondo,
y descubro que me gustan los míos.
Me gusta mi mirada.
Aunque sea tan triste.
Tan meláncolica.
Insensible.
No es solo mi mirada, ella solo es la forma
en como mi alma suele expresarse.
La melancolía viene de allí, de mi alma.
Que está aquí guardada
que no es ni la más triste
ni la más feliz.
Mi alma que cuando carcajea y se siente feliz
hasta da un poco de miedo.
No parece mia.
Esa misma alma a la que le cuesta mucho divertirse
porque pareciera que ya se ha divertido tanto
que todo es simple ya.
Y también, esa misma alma que no puede provocar
una lagrima caer de mis ojos,
secos,
tristes.
Un alma que no llora es un alma que no vive.
O que ha vivido demasiado.
Ya viví. Ya sufrí. Ya lloré. Ya reí. Ya disfruté. Ya saboreé. Ya viví.
Me pregutno entonces, ¿qué hago aquí?
Pero no, no me juzguez por favor, mala no soy.
Tampoco seca ni insensible. No me creas si te lastimo,
simplemente, a veces,
muchas veces,
aunque mi cuerpo esté a tu lado,
mi espíritu está viajando muy lejos.
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