Diario de Melancolía

Luz.  Serenidad en el corazón.  Un gran destello en la oscuridad. Tu risa. Y tu voz retumbando en mi cabeza. Flores. Colores. Aroma a lluvia a punto de caer. Certeza de tu amor. Brillos. La mente en blanco. Solo existir. Disfrutar. Amar. Estar.

Y así fue como ella se cansó de esperar. De esperar a quien NUNCA estuvo dispuesto a correr por ella. Se cansó de ser tan solo una opción.  Se cansó de ser la incondicional. Un día despertó y se dió cuenta de que nunca iba a suceder. Y se fue tan silenciosamente que el ni siquiera se dio cuenta de cuándo la perdió.  Se marchó.

No es que quiera tus brazos alrededor de los mios, ni tu piel rozando mi piel; no es que busque tus ojos penetrar mi mirada o tu suave sonrisa adormecer mi llamarada.  Es que quiero todo, todo de ti. Es que te busco sin poder llamarte, es que te espero cada instante.  Quiero todo de ti. Quiero tu aroma y tus besos. Quiero tus manos y tus esfuerzos. Quiero esa dulce caricia y ese gesto agreso, quiero tus arranques, todos tus deseos.  Es que ya no se como decirlo - de qué manera expresarlo.  Quiero gritarlo.  Tengo un fuego que arde y busco con quien apagarlo.