Diario de Melancolía

 Alguien que no me mienta, Que no se mienta, Que baile entre tormentas. Que apriete mi mano fuerte en la oscuridad Y que me bese suavemente después de la tempestad. Alguien que sepa calmarme con una sonrisa, Excitarme con solo una mirada, Hacerme volar como en un sueño. Alguien que solo sea él  Que me deje ser ella, su ella Alguien para lograr ser nosotros.

 Hay días en que me invade la melancolía y tu recuerdo. Tu maldito, añorado, odiado pero amado recuerdo. Le pido a Dios que te saque de mi mente y él, muy complaciente te instala más fuerte en mi corazón. Muchos meses han pasado de tu partida, muy claro me has dejado tu desinterés por mi y cada día más fuerte mi añoranza. Te extraño como si fuera ayer, te quiero como si fuera el primer día, mi alma anhela escuchar tu voz y sentir tu abrazo. Mi olfato busca tu aroma en esa camisa vieja que guardo y no me decido a tirar. Cómo se deshace una de todo esto que sabe que duele pero que necesita un poco más? Cómo me quito las ganas de tomar el teléfono y llorar? Cómo te digo que te quiero si es lo que tu ya no quieres escuchar? 

No me permitas Dios caer en la mayor mediocridad de la vida. La Mediocridad del amor. Del amor que se conforma. La mediocridad de estar a lado de una persona solo porque ya tengo opción,  la mediocridad de no poder decir adiós porque me siento en deuda. La mediocridad de aguantar sentirme incompleta por no sentirme sola. La mediocridad de no saber dar un paso atrás y pedir perdón a quien realmente amo.  No me permitas tampoco ser tan mediocre como para conformarme con quien solo me hace sentir bien. Bien a secas. No me hagas caer en la mediocridad del amor, fingir que lo amo solo porque... es lo que hay.  No me permitas Señor ser tan mediocre en la vida como para cerrarle la puerta a la felicidad. 

No, no perdí un embarazo.  Perdí un bebé.  Mi bebé.  Y todos los sueños que construí a su lado. Perdí a la pelota de quien tantas tardes platicamos; Perdí otro pedacito de mi corazón.