Diario de Melancolía

 Se me llenan los ojos de lágrimas.  Voy al baño. Lloro en silencio.  Me restriego los ojos. Me lavo la cara. Sonrío. Salgo. Nada pasó.  Me rompió el corazón,  el alma y los sueños. Mis sueños, eso dolió más que todo, cómo reconstruirlos si ya no creo en ellos. Me destrozó con una sola palabra, me hizo invisible con una sola mirada, me partió lo único que yo poseía,  mis ilusiones. Soledad es mirarse en unos ojos que no te miran.

 No lo hagas,  por favor no lo hagas. Suspiraba con los ojos cerrados mientras los apretaba fuertemente, como queriendo que con esa fuerza el no se alejara más. No lo hagas. No me apartes a un lado, no me dibujes invisible en tu vida, no finjamos que yo no existo, no me regales tu desdén.  Porque cada vez que me ignoras me estás apagando un poco más,  cada vez que no contestas doy un paso atrás.  Cada vez que no me miras me arranco un pétalo más.  No lo hagas. No apagues este fuego que tengo por ti. No mojes la llama que encendí para ti. No juegues a apagarla porque ese juego no funciona aquí .  No me escondas... porque quizá,  puede ser, que cuando quieras, ya no me vas a encontrar.