Diario de Melancolía

Tu silencio no miente. Sé que no regresarás jamás.

~ No te espantes si te digo, que he nacido para ti. Que tus vidas anteriores las viviste junto a mi. Que no hay nada en este mundo que nos pueda dividir. Alma Gemela.

Hay despedidas que se recuerdan con nostalgia, que se torna la mirada un poco húmeda cuando se piensan en ellas, despedidas que nos remontan al "hubiera", despedidas que estrujan un poquito el corazón, pero que reconfortan el Alma al pensar en ellas. Hay otras despedidas que dibujan una sonrisa en nuestro rostro al recordarse, despedidas que pasaron y que dejaron cicatrices pero que el tiempo las ha sanado. Despedidas que tenian que suceder, y que ahora se recuerdan con cariño. Y hay despedidas, despedidas que nunca terminan de doler. Despedidas que están enterradas en el Alma y no sé cómo es que aprendemos a caminar con ellas. Despedidas que jamás debieron pasar.

Y creo que eso me pone feliz.

Me duele saber que te alejas. Me duele saber que sufres. Me duele el alma de imaginar tu mirada perdida, absorta en esos pensamientos que te alejan cada vez más de mi, de nosotros, del mundo. De la esperanza. No tengo mucho que decir. Te he leido. Te he leido quizá más profundamente de lo que te imaginas. Siento esa desesperanza en mi alma como si fuera la mia propia. Porque la he sentido antes. Y sé que no puedo hacer nada más. Si estuviera ahi cerca, al menos te brindaria mis brazos para que te apoyaras en mi. Si estuviera ahi cerca, al menos te estiraria mi mano para que sintieras un poco de calor. Si estuviera ahi cerca, seguramente te regalaria una sonrisa todo el tiempo para que supieras que vivo en ti. Pero no estoy cerca. Ahora no. Ya vendrá la ocasión.