Diario de Melancolía

Hoy me duele el Alma y duele tanto que hasta las ganas de llorar he aguantado, porque sé que si empiezo, no podré parar. Hoy me duele el Alma y me siento tan lejana... de ti, de mi, de todos. Hoy ni siquiera he podido amar, amarte y amarme; hoy a duras penas he alcanzado a mirar el cielo, no me ha reconfortado como solía hacerlo. He buscado tu abrazo sin cansancio y tampoco me ha ayudado. Hoy me duele el Alma como hace mucho no dolía... porque no sé que vendrá mañana, porque me aterra pensar en lo que sucederá mañana, porque no estoy segura de que quiera despertar mañana. NO si es para sufrir. Hoy me duele el Alma y no he encontrado una sonrisa que me reconforte, ni unos ojos que me digan que todo saldrá bien, ni un beso que me tranquilize, ni un abrazo que me haga olvidar este dolor. Hoy me duele el Alma y me siento tan lejana... de todo.

Solo quedan las ganas de llorar al ver que nuestro amor se aleja......

La verdad es que tengo miedo de que se trate de ti. Me invade una tristeza absoluta el pensar que ya te has ido. Que ya no estás. Peor aún, que nunca estuviste y jamás estarás. No en esta vida. No en los próximos dias. No me preocupa eso te soy sincera. Yo te he dicho que ahora he encontrado la felicidad y que vivo plena a lado del alma que me acompaña cada día... pero deseaba tanto que tu tambien encontraras esa felicidad que tanto disfruto yo ahora. Tu rostro se iluminaba con cada sonrisa, aun cuando lograr tener una era una odisea que recorrer. Y ahora, pienso, que ya no esbozaras una sonrisa jamás. Y ahora, creo, que te encuentras más lejos, allá, de donde quien sabe si regresarás. Fue una despedida y así lo sentí. Mi alma. Mi alma está tranquila, si tu también lo estás. Mi amigo, espero que seas feliz cada momento que vivas en este Universo infinito que algún dia te acompañaré a recorrer.

Hoy siento una presencia extraña rondando mi espacio personal. Y no logró conectar con mi ser interior para definir qué es lo que siento. Un presentimiento que invade mi estomágo y luego se hace más fuerte en mi corazón... mi hipocondria me señala que corra al médico, pero mi alma me dice que espere, que espere pacientemente porque algo está por llegar. Unicamente que no sé si llegará algo bueno o algo malo... y entonces mi mente estalla, no sé si llorar o reir... y entonces mi corazón estalla... no sé si correr, si hablar, si buscar... y entonces mi cuerpo se paraliza. Y entonces aquí estoy... con la mirada fija, con el corazón atento, con todos mis sentidos alerta, casi lista, casi preparada, nunca se está cien por ciento preparada para lo que viene. No sé si quiero que venga esta vez, porque no me siento nada bien.